El siglo XXI se ha caracterizado por ser de la era de la innovación y de constante transformación. En este sentido, el área de la educación no es la excepción, ya que brinda una importante oportunidad a los profesores y estudiantes de tener acceso a más información, incluso para las zonas en las que es difícil contar con dispositivos tecnológicos.
Una de las estrategias pedagógicas que está revolucionando la educación es el uso de los videojuegos. Desde los 80’s se instauró su uso para favorecer el aprendizaje y con ello reforzar los conocimientos adquiridos durante las clases.
Debido al gran interés y atención que los jóvenes ponen en ellos, pueden llegar a convertirse en una pieza clave para el desarrollo de ciertas habilidades necesarias para el futuro y, como resultado, algunos países ya han comenzado a integrar los juegos de video a sus currículas educativas.
De acuerdo con un informe del BID Los videojuegos no son un juego: Los desconocidos éxitos de los estudios de América Latina y el Caribe, la niñez y la adolescencia son etapas importantes en el desarrollo de un ser humano y son estos ciclos cuando los videojuegos llegan a formar parte de su vida. Ciertas características de los videojuegos como su propósito, sus misiones y el tipo de conectividad, ya sea online u offline, pueden ser determinantes para la formación de las niñas y niños; incluido su desarrollo socioemocional.
Los videojuegos, al incluir ciertas pautas de cómo deben llevarse a cabo las interacciones, pueden lograr influir en el comportamiento de sus usuarios y con ello, contribuir al desarrollo de habilidades como el trabajo en equipo, la comunicación o la solidaridad; algunos estudios incluso han demostrado que pueden potenciar la creatividad, la resolución de problemas y su pensamiento estratégico.
Otros estudios han demostrado que el uso de videojuegos tienen ciertos efectos positivos en relación con la atención y la posibilidad de realizar tareas simultáneas, así como también con el tiempo de reacción, la velocidad de procesamiento y la reducción de los niveles de estrés. Además también pueden generar valores en sus usuarios como la perseverancia y la motivación, ya que el hecho de avanzar a otro nivel o la consumación de una prueba por lo regular siempre trae una recompensa.
Por otro lado, el uso de la tecnología puede permitir un mayor alcance a un menor costo y, de esta forma, introducir nuevas formas de enseñanza y aprendizaje y la posibilidad de llegar a poblaciones excluidas. Por ello, los videojuegos pueden ser una solución innovadora en apoyo a los docentes, la mejora del aprendizaje y el desarrollo de nuevas habilidades como la flexibilidad o la empatía.
El empleo del futuro puede estar al alcance de un control o computadora
El reporte del Foro Económico Mundial: El futuro de los trabajos: empleo, habilidades y estrategia de la fuerza de trabajo para la cuarta revolución industrial, resaltó que las profesiones con más demanda en la actualidad no existían hace una década ni hace cinco años, además, se prevé que el 65% de los alumnos que ahora se encuentran cursando la primaria laborarán en trabajos que aún no existen.(Luzardo et al., 2019)
Si el uso de los videojuegos se hace con moderación y supervisión, especialmente en las niñas y niños, puede lograr que se desarrollen habilidades que puedan transferirse a la vida real.
El vínculo que existe entre los videojuegos y los trabajos del futuro reside en tres principales factores: los videojuegos como una carrera potencial, como una herramienta para aprender nuevas habilidades para los trabajos venideros y como una fuente de productividad en el ámbito laboral del futuro. (Luzardo et al., 2019)
Por el contrario, los videojuegos también pueden mejorar y reforzar los vínculos sociales, así como también los valores empresariales como la solidaridad y el trabajo en equipo.
A pesar de que pueden resultar beneficiosos, en América Latina la situación es muy distinta pues, al existir poco conocimiento sobre lo provechoso que puede resultar la aplicación de los videojuegos, esta cultura empresarial tradicional se enfrenta a la desconfianza que hay en los empleados de poder administrar de una forma eficaz y autónoma su tiempo de trabajo.
Como conclusión, los videojuegos pueden ayudar a la creación de nuevos empleos del futuro por tres aspectos importantes:
- La creación de oportunidades laborales y de emprendimiento tecnocreativos.
- Asistiendo en la formación de los trabajadores del futuro.
- Desarrollo de prácticas laborales más estimulantes.(Luzardo et al., 2019)
Asimismo, el uso e implementación de los videojuegos puede ayudar a formar seres humanos mucho más creativos, inteligentes, sociables y preparados para el futuro. Pero la clave reside en hacer un uso responsable, didáctico y que esté orientado a las necesidades de la sociedad en general y a nivel individual.
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Referencias:
Luzardo, A., de Azevedo, B., Funes, G., Pison, J., Becerra Luna, L., & Santoro, M. et al. (2019). Los videojuegos no son un juego: Los desconocidos éxitos de los estudios de América Latina y el Caribe [Ebook]. Banco Interamericano de Desarrollo. Retrieved from https://cloud.mail.iadb.org/videojuegos